¿Se estremece cuando saborea su café caliente favorito o se deleita con una bola de helado? ¿La mera idea de morder un helado le produce escalofríos? Si es así, no está solo. La sensibilidad dental puede ser un verdadero fastidio a la hora de disfrutar de tus comidas y bebidas favoritas. Pero, ¿qué provoca esta desagradable sensación y, lo que es más importante, cómo puede ponerle fin?
En esta entrada del blog, nos adentraremos en el mundo de la sensibilidad dental, explorando las distintas razones por las que tus dientes pueden estar enviando señales de socorro y ofreciéndote soluciones prácticas y consejos de prevención para recuperar tu confort dental.
Los culpables de la sensibilidad al descubierto
- Cepillado agresivo – Abrasión dental: Uno de los culpables más comunes de la sensibilidad dental es el cepillado agresivo. Si te cepillas los dientes con demasiada fuerza, corres el riesgo de desgastar el esmalte, la capa protectora externa de los dientes. Esto deja al descubierto la dentina, una capa bajo el esmalte que contiene túbulos microscópicos que conducen al nervio del diente. Cuando estos túbulos están expuestos, se convierten en vías para que las sensaciones lleguen al nervio, lo que provoca sensibilidad a los alimentos y bebidas calientes, frías, dulces o ácidas.
- Apretar los dientes – Abfracción dentaria: Apretar los dientes, especialmente durante periodos de estrés o mientras se duerme, puede provocar la exposición de la dentina. Esto se manifiesta a menudo como muescas o hendiduras en forma de V cerca de la línea de las encías, una afección denominada abfracción dental.
- Rechinar – Desgaste: Rechinar los dientes una afección conocida como bruxismo, puede tener un efecto similar. Desgasta las superficies de masticación de los molares y los bordes de los dientes frontales, dejando al descubierto la dentina. Los dientes afectados por el rechinamiento suelen aparecer aplanados, con pequeñas picaduras en los dientes posteriores. La dentina, que es naturalmente amarilla, se hace más visible en estos casos.
Soluciones para calmar la sensibilidad
Si la causa de tu sensibilidad es un cepillado agresivo, es hora de modificar tu técnica de cepillado. Opta por un cepillo de dientes con cerdas suaves o extrasuaves y realiza movimientos más suaves. En el caso de abrasiones o abfracciones de moderadas a graves, pueden ser necesarios empastes del color del diente, también conocidos como restauraciones de composite, para evitar un mayor desgaste.
Si el culpable es apretar o rechinar los dientes, considere técnicas de concienciación y relajación. Un protector nocturno, un aparato dental hecho a medida, puede cambiar las reglas del juego a la hora de prevenir daños mayores mientras duermes.
Prevención y consejos para aliviar la sensibilidad
- Técnica de cepillado: Sujete el cepillo suavemente en un ángulo de 45 grados frente a la línea de las encías y realice movimientos cortos, circulares o de barrido. Evite fregar de forma agresiva.
- Selección del cepillo de dientes: Opta por un cepillo de dientes de cerdas suaves y sustitúyelo cada tres o cuatro meses, o antes si las cerdas se deshilachan.
- Elección del dentífrico: Seleccione un dentífrico con flúor que no sea excesivamente abrasivo. Si no está seguro, consulte a su dentista para que le dé recomendaciones.
- Presión de cepillado: Ejerza una ligera presión durante el cepillado. Deje que las cerdas hagan el trabajo.
- Frecuencia de cepillado: Cepíllate dos veces al día durante unos dos minutos cada vez. El cepillado excesivo puede dañar los dientes.
- Revisiones d entales periódicas: Programe visitas periódicas al dentista para que su dentista pueda identificar y tratar los signos de desgaste del esmalte u otros problemas dentales.
- Productos desensibilizantes: Considere el uso de pasta de dientes desensibilizante o enjuague bucal con flúor para controlar la sensibilidad.
- Enjuague bucal con flúor: Opta por un colutorio con flúor para fortalecer el esmalte y reducir la sensibilidad.
En conclusión, es fundamental mantener unas prácticas de higiene bucal excelentes, pero la forma de cepillarse los dientes es tan importante como la frecuencia. Si no está seguro de su técnica de cepillado o experimenta sensibilidad dental, consulte a su dentista. Pueden ofrecerle orientación y recomendaciones personalizadas para garantizar la salud y longevidad de sus dientes, de modo que pueda saborear cada sorbo y bocado sin sentir molestias.